Poder comunicarnos de forma clara es lo que nos hace tan especiales y capaces. Como especie, hemos disfrutado de una importante ventaja gracias al poder formar comunidades de individuos que se comunican relativamente bien entre sí.
En muchos sentidos, poder comunicarnos es lo que nos hace quienes somos. Podemos formar relaciones, cooperar entre nosotros, llegar a acuerdos y progresar en unidad. Parte importante de los negocios depende de todo esto y más. Por ello, aquellos más experimentados en la ciencia de hacer negocios saben bien la relevancia de la comunicación efectiva.
Pero ¿es tan necesaria la comunicación efectiva para poder avanzar en los negocios? ¿Qué aspectos de nuestra carrera dependen más o menos de poder comunicarnos de forma adecuada?
Dejando de lado lo obvio con respecto al poder comunicarnos con otras personas, observemos objetivamente la relevancia de esta capacidad en los negocios.
Las mejores y más provechosas relaciones profesionales son las que se basan en un mínimo aceptable de confianza. No podemos simplemente operar cuando existe un ambiente tenso y de suspicacia que abruma a los involucrados.
De esta forma, la confianza es un activo fundamental. Pero, ésta solo se puede construir cuando se habla con honestidad y se actúa coherentemente. La comunicación efectiva nos permite dejar claras nuestras intenciones, dejando sin lugar a la duda o al miedo.
Por otro lado, la ausencia de dicha comunicación es el incentivo más adecuado para hacernos desconfiar. En la mayoría de los casos, somos renuentes a confiar en aquellas personas que no comunican sus ideas de forma clara o que, de alguna forma, no proyectan seguridad y certeza al expresarse.
Bien podemos tener las mejores intenciones del mundo para con nuestro socio o cliente. Sin embargo, si somos incapaces de formular correctamente estas ideas, cuando y como se debe, daremos lugar a la desconfianza y, en consecuencia, sabotearemos el negocio.
El mismo escenario tiene lugar cuando tratamos con clientes, o posibles clientes en cada caso. La comunicación deficiente puede crear circunstancias altamente contraproducentes y que, como profesional, no te convienen.
El rol del líder y su peso en los negocios no es el tema del día. No obstante, mucho tiene que ver el factor comunicacional. Muchos líderes excepcionales son así de buenos gracias a la habilidad que tienen para comunicarse. De hecho, existen aquellos que no poseen ninguna otra habilidad notable pero que, aun así, consiguen el éxito creando la amalgama entre los miembros de un equipo, todo a través de la comunicación.
La comunicación efectiva es un recurso invaluable para el líder moderno. Sin ella, seremos incapaces de dar dirección clara a nuestro equipo. Podremos tener las mejores ideas en mente, pero nos quedaremos cortos al momento de expresarlas y ponerlas en marcha.
No importa en qué sector estemos, siempre estamos vendiendo. Vendemos productos o servicios. Nos vendemos a nosotros mismos como profesionales, haciendo énfasis en lo positivo que podemos hacer para otros y por qué nos deberían pagar por ello. Vendemos ideas que buscan alcanzar objetivos más claros en los negocios, como mejorar un producto existente o acercarnos a ciertos prospectos difíciles.
En conclusión, nos mantenemos en un eterno proceso de venta que depende, de forma estrecha, en cómo nos comunicamos. Si vendemos bien, aun cuando no nos demos cuenta, nuestros negocios serán prósperos. Si fallamos al comunicar, nuestro intento de venta fracasará inevitablemente.
Cuando hablamos de comunicación efectiva, su relevancia va más allá de cómo hablamos en una reunión de networking o durante un discurso. La comunicación es cada uno de los actos en los cuales transmitimos una idea, sea oral o escrita.
Cuidemos nuestras palabras y veremos nuestros negocios florecer.
“Me gusta la gente que vibra, que no hay que
empujarla, que no hay que decirle que haga
las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace”
