Ante la situación del COVID-19, debemos insuflar confianza en el futuro, mediante actitudes solidarias y pautas financieras, y jurídicas.
Si una cosa creo que debemos reconocer todos o casi todos, es que nunca imaginamos que un virus pudiera llegar a congelar la vida de millones de personas.
Sin embargo, la percepción humana nos ha llevado a confundir la distancia que nos separaba del riesgo con la probabilidad de estar expuestos al mismo.
Incluso cuando la epidemia llegó a Italia, no fuimos capaces de aplicar nuestro sabio refranero español:
“Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.
Y en los últimos días hemos cosechado una incertidumbre desbocada, que se ha traducido en un miedo cuyos efectos han sido más devastadores.
Sin embargo, una vez desatado el caos, hemos echado de menos el liderazgo de nuestros gobernantes tanto mundiales, como europeos, como nacionales.
Sin embargo, no hay mal que cien años dure, y por fin esta semana empiezan a enseñarnos la luz al final del túnel.
Efectivamente, esta semana los líderes mundiales nos han trasladado por fin la certidumbre de que están dispuestos a afrontar activamente las consecuencias económicas de la pandemia provocada por el coronavirus.
En cualquier caso, hoy le tocaba a nuestro gobierno, y ha adoptado muchas medidas necesarias para preparar a la economía española para afrontar el golpe que ha recibido como consecuencia del virus.
Así pues, debemos esperar a la publicación del real decreto en el B.O.E.
Sí que podemos valorar muy positivamente que se hayan adoptado acuerdos, más allá de las formalidades jurídicas estrictas.
Así pues, nuestros gobernantes han perdido el miedo a actuar y se han supuesto un bálsamo para calmar la incertidumbre colectiva e individual en la que estamos inmersos.
Insisto, los profesionales debemos propagar esta idea, allá donde nos quieran escuchar, alejando por fin el fantasma del miedo, y avivar la esperanza.
Las medidas económicas son fundamentales, pero hace mucho que los economistas sabemos que no solo el dinero resuelve los problemas.
El buen clima social, la sensación de certidumbre, la visión de un futuro, pueden ser más potentes que miles de millones de euros.
Todas estas sensaciones condicionan las expectativas individuales y colectivas, y condicionan nuestro comportamiento de forma a veces irracional…
Si no, que se lo digan a los mercados bursátiles y a los supermercados.
En este sentido, una vez que contamos con medidas de carácter económico debemos empezar a centrar nuestros esfuerzos en crear entre todos un clima de confianza sobre el futuro.
Es clave practicar la solidaridad y la paciencia
Solidaridad para apoyar al que más lo necesite sin más intención que ayudar como mejor podamos.
Y paciencia para soportar las incomodidades que esta situación nos pueda generar tanto a nivel individual, profesional como económico.
Cuanto más apliquemos estas conductas, más sólida serán las bases para la recuperación de un clima de confianza que serene a nuestra sociedad y prepare un clima social favorable para la recuperación económica.
En este sentido, nuestra aportación como profesionales es intentar apoyar a todos los miembros de Meetwork que crean necesitar asesoramiento financiero-empresarial en estos momentos de confusión.
Y ponemos a vuestra disposición una sesión de consultoría online. Tenemos la experiencia de que la reflexión conjunta facilita el ordenar las ideas, ver opciones y estar más preparados para tomar decisiones.
Individualmente todos debemos insuflar confianza en el futuro, mediante actitudes solidarias y pacientes con el prójimo, además de pautas financieras y jurídicas…
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